Mientras navegamos por el vasto océano de oportunidades que ofrece trabajar con la Administración Pública, muchas veces nos enfrentamos a la disyuntiva de participar en licitaciones o buscar subvenciones. Ambas opciones tienen su encanto, pero, ¿cuáles son las diferencias clave entre estas dos formas de colaboración?
1️⃣ Naturaleza del financiamiento: Las licitaciones son procesos competitivos donde diversas empresas pujan por un contrato ofrecido por el sector público. Quien gana, presta un servicio o entrega un producto a cambio de un pago. Por otro lado, las subvenciones son ayudas económicas destinadas a apoyar proyectos específicos que suelen tener un interés público o social. Aquí, no hay una ‘venta’ como tal, sino un fomento directo a una iniciativa.
2️⃣ Requisitos de cumplimiento: Participar en una licitación exige demostrar una capacidad operativa y cumplir con estrictos criterios técnicos y financieros. Las subvenciones, aunque también requieren de cumplir ciertos criterios, suelen estar más enfocadas en la viabilidad y el impacto del proyecto propuesto más que en la capacidad comercial de quien recibe la ayuda.
3️⃣ Oportunidades de crecimiento: Ganar licitaciones puede abrir puertas a nuevos mercados y fortalecer el perfil comercial de una empresa. Las subvenciones, en cambio, suelen apuntar al desarrollo de proyectos con un fuerte componente social, cultural o de investigación, lo que puede potenciar la imagen pública de la organización pero no necesariamente su capacidad comercial.
¿Y tú, qué prefieres, competir en licitaciones o buscar subvenciones?
¿Cuál crees que aporta más a la estrategia a largo plazo de una empresa?
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